Para la conservación de las obras de arte se necesitan unos parámetros lumínicos muy específicos, ya que pueden alterar y erosionar la pintura. Por eso, cada material específico (tela, papel, pintura sobre tabla, óleo, mural…) tienen sus parámetros que se miden con el luxómetro, aparato que sirve para medir la sobreexposición de los materiales. Normalmente se hace un equilibrio entre luz natural y artificial, usando luz fría sin emisión de rayos perjudiciales.
Un flash genera luz blanca que incide de forma directa en la obra que, con el tiempo y con numerables exposiciones, generan un deterioro importante. Por eso, se necesita un equipo de fotografía especial para fotografiar obras de arte. Lo ideal sería contar con un equipo externo que filtre la luz ultravioleta, como luces incandescentes con base de cuarzo halógeno.
Aunque hay gente que discute sobre este punto argumentando que una luz mas o menos intensa durante décimas de segundo, aunque se repita millones de veces, no va a estropear los pigmentos de una pintura.
Respuesta económicaPor la protección de La Ley de Propiedad Intelectual o por puro negocio. Esto es lo que, para algunos, se esconde detrás de los carteles de prohibido hacer fotos o grabar vídeos, no es más que una excusa para vender libros, láminas y recuerdos en las tiendas de los museos. Que el flash de las cámaras no afecta a las obras de arte, que las obras de los museos han aguantado carros y carretas, guerras, las inclemencias del tiempo y siguen intactas.
Buscando por la red se pueden leer comentarios de gente que ha podido realizar fotografías en algunos museos y en otros no, que permiten realizar fotos en algunas de sus salas y en otras no.